Editorial Nº 8

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31 de octubre de 2009

Han transcurrido 26 años desde el retorno de nuestra Nación a la vida democrática. 26 años que deberían haber servido, para profundizar la conciencia democrática de nuestro pueblo, haciéndola extensiva a todas las instituciones políticas y sociales, susceptibles de conducirse de esa manera.

Sin embargo, la inercia residual, del autoritarismo sectario, parece haber encontrado refugio en muchas de las llamadas “organizaciones intermedias”, que por “costumbre”, comodidad o simplemente falta de iniciativa y compromiso de sus integrantes, ha resignado un terreno fundamental, en la formación cívica, política y social de las nuevas generaciones de argentinos.

Los buenos ejemplos, que vengan de “arriba”, siempre son válidos, pero la verdadera democracia se construye de abajo hacia arriba, esto, y por usar un término muy de moda, si pretendemos que esa democracia sea “sustentable”.

No puede existir una sociedad verdaderamente democrática sin participación popular y esta participación no puede restringirse a un periódico ejercicio del sufragio, esta participación debe ser cotidiana y general, profunda, permanente y vital. Debe manifestarse en una filosofía de vida llevada diariamente a la práctica.

Debemos aprender a reemplazar, la prebenda y el amiguismo, por los valores que emergen de la participación amplia y comprometida de la militancia cívica y social. No podemos pretender que nuestras organizaciones sociales intermedias sean tomadas “en serio” por el resto de la sociedad, si no cuentan con la representatividad que surge de la genuina legitimidad de sus dirigentes y esa genuina legitimidad, sólo se puede obtener, cuando se cumple y acata la voluntad de las mayorías. Cuando esa voluntad mayoritaria y popular, se expresa libremente, sin presiones, ni condicionamientos, en síntesis: cuando se acata y respeta el resultado de las urnas.

Pero como en tantos otros órdenes de nuestra vida social, debemos entender que la verdadera democracia sólo puede ejercerse, respetando y haciendo respetar el marco del derecho. En buen romance: respetando las reglas preestablecidas.

Las organizaciones sociales legalmente reconocidas, es decir todas aquellas que poseen personería jurídica, están regidas por sus estatutos y estos estatutos, establecen taxativamente los mecanismos democráticos sobre los cuales deben organizarse y conducirse cada una de ellas.

Sin embargo, no es necesario profundizar demasiado, para comprobar que en la práctica, muchas organizaciones eluden su cumplimiento, enarbolando la débil excusa de que los mismos son “poco prácticos” ó incluso “anticuados”. Lo que equivaldría a decir que si algún punto de nuestra Constitución Nacional, nos resulta poco práctico, en vez de trabajar políticamente para reformarla, simplemente debiéramos ignorarla.

La esencia de la vida en democracia es justamente el acatamiento al estado de derecho, es cumplir y hacer cumplir las leyes vigentes. De ninguna manera podemos confundir el ejercicio de la democracia con el preludio inexorable de la anarquía, donde finalmente, cada cual hace lo que más le viene en gana.

Los argentinos debemos entender que no existe democracia sin participación social y no puede haber participación social, si no existe, previamente, el compromiso individual de cada ciudadano consigo mismo y con el resto de la comunidad.

No es un Estado democrático el que construye una sociedad democrática, sino exactamente lo contrario, las sociedades democráticas son las que eligen organizarse en Estados democráticos, donde los valores intrínsecos de esta filosofía, deberán estar presentes en cada uno de sus estamentos.

Esta es mi reflexión, a 26 años de aquellas elecciones de octubre de 1983, en que con mis jóvenes 23 años, voté por primera vez. La alegría y esperanza de aquella jornada, todavía me emociona en el recuerdo y esas esperanzas continúan incólumes, a pesar de las muchas frustraciones que le sucedieron.

Creo firmemente que la mayoría de nuestros fracasos como sociedad, tienen su origen en la forma “tímida” con que encaramos nuestras responsabilidades cívicas y la forma “mendicante” con la que pretendemos hacer valer nuestros derechos. Porque como pueblo y sociedad, los argentinos debemos aprender, de una vez y para siempre, que para ser verdaderamente LIBRES y hacer realidad el sueño de una sociedad justa y democrática, muchas cosas quedan por hacerse, menos pedir permiso.


Guillermo Meana
Secretario / BPCD

Editorial Nº 7

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25 de octubre de 2009

Con la buena estrella que nos ha ido acompañando durante todo este año, se desarrolló ayer, en instalaciones del Club Sarmiento, el “Gran Entretenimiento Familiar” que por múltiples razones, ajenas a nuestra voluntad, habíamos venido postergando.

La asistencia de público, esta vez, colmó con creces nuestras expectativas, convirtiendo la jornada de ayer, en una provechosa y alegre experiencia, donde pudimos probar “en la cancha”, las virtudes que la organización, la solidaridad y el trabajo en equipo, aportan al desempeño y performance, de una organización social como nuestra Biblioteca.

Esta vez motivados y conducidos, por la experiencia que en el tema, ya acumula nuestro joven compañero Cristian Nielsen, nuestro equipo de trabajo, compuesto por socios, voluntarios y la totalidad de los miembros de nuestra comisión directiva, pudimos llevar adelante un entretenimiento familiar que se inició a partir de las 18:00 hs. y culminó aproximadamente a la medianoche.

Más de 200 personas, nos acompañaron, en calidad de público, durante este evento, donde participamos otras 30 personas, en calidad de trabajadores y organizadores, que oficiamos de mozos, vendedores, locutores, cocineros, cajeros, cantineros y técnicos. Siendo la buena onda y el espíritu de colaboración, la constante que caracterizó toda la jornada.

Durante la semana, publicaremos el resultado definitivo, que desde el punto de vista recaudatorio, arrojó para nuestra institución, este encuentro solidario y familiar.

También publicaremos los agradecimientos especiales a todas aquellas instituciones que nos facilitaron algunos elementos fundamentales para poder llevarlo a cabo.

Pero ahora es el momento de agradecer al principal protagonista de cada uno de nuestros logros y único destinatario de nuestros esfuerzos, los vecinos de nuestra comunidad, sin cuya participación, nada podría realizarse.

Gracias a todos, gracias por acompañar con entusiasmo y contemplativa tolerancia, cada una de nuestras convocatorias, gracias por las exquisitas tortas donadas, frutos del amor y del trabajo personal de muchas de nuestras amigas, gracias por trabajar y colaborar, como los mozos y vendedores, que rindieron no solamente lo recaudado, sino que donaron también sus propinas. ¡Qué ejemplo!… ¡Qué esperanza!... nos dan estos jóvenes, que con sus acciones cotidianas, nos demuestran que una sociedad mejor y genuinamente solidaria, no sólo es posible, sino también inevitable.

¿Qué tendrá este pueblo que arraiga y enamora? Me preguntaba hasta hace algunos años… y muy pronto hallé la respuesta: “Lo mejor de Dorrego es su gente”.

Porque acá no se han perdido los valores de nuestros pioneros, porque la lucha personal y cotidiana, siempre nos deja un espacio para la participación y la preocupación por el bien común, porque seguimos siendo “vecinos” antes que “habitantes”, si: VECINOS, en todo el profundo y verdadero sentido, que encierra esta palabra.

Guillermo Meana
Secretario / BPCD

Editorial Nº 6

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18 de octubre de 2009

El miércoles 14 del corriente a las 20 hs., tuvo lugar en la Casa de la Cultura el encuentro organizado por nuestra Biblioteca y que elegimos denominar: “La historia que Olvidamos”… un homenaje a la cultura del esfuerzo.

Un reducido pero entrañable público acompañó nuestra propuesta, que bien podríamos inscribirla, como un ejercicio de la memoria histórica orientado a la reflexión y al rescate emotivo de las principales características de nuestros abuelos: el esfuerzo y el trabajo como ejes de la superación familiar y personal.

La proyección de una selección de videos, intercalada con la lectura de textos alusivos y el recitado de una selección de poesías, fue la forma elegida por quienes organizamos el encuentro, para contar esa parte de nuestra historia.

El horario elegido, coincidente con el del último partido de futbol en el que intervino nuestra selección nacional, seguramente influyó para que muchos interesados no pudieran asistir, pero lamentablemente, nuestra agenda está signada por otras múltiples obligaciones y compromisos, lo que no nos permitió diferir la fecha y horario del evento, para un momento que facilitara una asistencia de público más numerosa.

La voz de Patricia Álvarez resaltó la belleza de cada uno de los versos que le tocó recitar. Acompañada por varios miembros de nuestra comisión que se alternaron en la lectura de los textos que hilvanaron los diversos segmentos audiovisuales en los que se dividió el espectáculo.

En el afán de dejar un testimonio perenne de este ciclo de homenajes y recuerdos, programados para realizar durante el presente año, el evento fue filmado en su totalidad y con ese material, se editará un DVD que será distribuido gratuitamente entre los establecimientos educativos de nuestra comunidad, con la esperanza que llegue a los principales destinatarios de nuestro mensaje: los jóvenes y niños de Coronel Dorrego.

Pero hablando de agendas ajustadas y compromisos asumidos, el día jueves partimos para Bahía Blanca dos miembros de nuestra institución, con el objeto de participar de una jornada de capacitación organizada por la CONABIP y el Grupo de Análisis y Desarrollo Institucional y Social (GADIS), en el marco del Plan Nacional de capacitación para las Bibliotecas Populares, coordinado por el Instituto Cultural de la Municipalidad de Bahía Blanca , el Consejo Municipal de Bibliotecas Populares y la Asociación de Bibliotecas Populares de los Partidos del Sur de la Provincia de Buenos Aires.

El tema central de la convocatoria: “Estrategias de Comunicación” fue desarrollado intensa y profesionalmente por la disertante enviada por el Grupo GADIS, Srta. Liliana Devoto, durante las 16 horas que duró el ciclo de charlas, debates y talleres.

Resulta interesante destacar que el encuentro excedió el marco académico, estableciéndose, como suele ocurrir en este tipo de situaciones, nuevos vínculos de colaboración inter institucional, fruto del espíritu de cordial camaradería que emerge de los comunes intereses de las diversas organizaciones sociales que participan.

Un cúmulo de nuevas ideas (que no tardaremos en poner en práctica), un renovado optimismo y una cantidad significativa de nuevos amigos, conforman el patrimonio adquirido por nuestra institución, que ahora oficiará de anfitriona para el próximo encuentro de Bibliotecas Populares del Sur de la Provincia de Buenos Aires, a realizarse en nuestra sede social el próximo 14 de noviembre a partir de las 10:30 hs.

Esperamos confiados, que para esa fecha, los responsables de las obras de refacción del Centro Cívico Municipal, arbitren las medidas necesarias para que podamos contar al menos con un baño, que permita a nuestros visitantes, admirar nuestra bonita plaza, sin otro interés que el de disfrutar del remozado paisaje.

Retomando el hilo esencialmente informativo de estas líneas, quiero destacar la prolija organización de las jornadas, la deferente y solícita actitud de Valeria, enviada como representante de la CONABIP y en particular de nuestra amiga Silvia Sturnigh, representante de la Asociación de Bibliotecas de los Partidos del Sur de la Prov. de Buenos Aires.

Como fruto de este encuentro, podemos resaltar también la próxima concreción de un largo y demorado programa de Concientización en la Preservación del Medio Ambiente, que pondremos en ejecución, con la colaboración del Centro de Información y Biblioteca Ambiental “Dr. Osvaldo F. Canziani” dependiente de la Asociación Ambientalista “Unión 20 de Agosto”.

Este proyecto, oportunamente presentado ante las autoridades locales y que nunca mereció siquiera una sintética respuesta, contempla tres etapas. La primera estaría destinada a la concientización y se orienta a niños y jóvenes en edad escolar. Pretendiendo llegar a todos los hogares, a través del vector escuela – alumno.

La segunda etapa estará destinada a los adultos y a la transmisión de conductas y técnicas tendientes a disminuir el impacto ambiental de nuestras actividades cotidianas.

La tercera, tiene por finalidad instruir a todos aquellos interesados por la preservación del medio ambiente, en la utilización y el aprovechamiento de materiales de difícil degradación, como por ejemplo, la utilización de botellas plásticas de gaseosas descartables, en la confección de sencillos dispositivos tendientes al ahorro de energía y combustibles de alto costo y engorrosa manipulación como el gas envasado y la leña por citar solamente algunos ejemplos.

Pero como toda experiencia comunitaria, la misma nos deja siempre un cúmulo de anécdotas que siempre es grato compartir con nuestros amigos lectores. Y estas jornadas no fueron la excepción.

Al retornar de nuestro almuerzo al Salón Blanco de la Muni de Bahía, donde se desarrollaban las jornadas de capacitación, nos encontramos con una funcionaria que estaba implementando los últimos detalles de organización de un homenaje a todas las madres, que el Instituto Cultural de Bahía Blanca, había programado para las 20 hs en ese mismo local.

Quien suscribe, pudo apreciar que la Sra., en cuestión, se encontraba visiblemente contrariada por un problema técnico de último momento, relacionado con ciertos videos digitales que formaban parte del espectáculo. Por tratarse de un problema relacionado con mis actividades profesionales, gentilmente le ofrecí mi ayuda, la que fue aceptada con sincera gratitud.

Una vez solucionado el desperfecto técnico, vinieron las presentaciones, y recién entonces, pudimos saber que nuestra bella y misteriosa “dama en apuros” se llamaba Marisa y se desempeña como responsable de Relaciones Institucionales del Municipio de Bahía Blanca ante las autoridades Nacionales.

Marisa me preguntó si podía hacerle el favor de permanecer durante el espectáculo por si surgía algún otro inconveniente, adjudicándome una parte de las tareas que originalmente pensaba realizar ella misma. Obviamente que acepté el convite, no hacerlo sería como traicionar la esencia criolla que sobrevive en cada gauchada.

Así es que concluidas las Jornadas de Capacitación, permanecimos en el salón blanco, pero esta vez abocados a colaborar con nuestros anfitriones.

Como suele ocurrir en estos casos, el espectáculo comenzó con una apreciable demora, razón por la cual, mi compañera de viaje, tuvo que afrontar la difícil tarea de comunicarle al chofer de la combi que nos pasaría a buscar, que no viajaríamos.

Sinceramente pensamos que esta persona se molestaría al enterarse de la cancelación a último momento, pero grande y grata fue nuestra sorpresa al comprobar que no sólo no se molestó, sino que al enterarse que estábamos obrando en representación de nuestra Biblioteca, muy simpáticamente le dijo a mi compañera que no nos preocupáramos y que no existía ningún problema.

Y así se marchó la Combi de Almi Bus, deseándonos suerte y con la mejor onda. Todo un detalle, digno de destacarse, en los tiempos que corren.

El espectáculo culminó y nos retiramos raudamente, sumando a nuestro bagaje de experiencias, la gratitud de las autoridades de un Municipio genuinamente amigo de las Bibliotecas Populares, que en el último año, sólo por citar un dato: triplicó el monto de los subsidios destinados a nuestras instituciones hermanas.

Llegamos a la nueva e imponente terminal de micros de Bahía, sólo para desayunarnos que no había más pasajes para Dorrego, insistimos y conseguimos viajar sin asientos asignados… para ser más específicos: de “dorapa”, regresando a nuestro querido pago, felices, cansados, sin un mango y con la satisfacción del deber cumplido.

Para concluir y en nombre de la Biblioteca Popular “Coronel Dorrego” les deseamos un cariñoso ¡Feliz Día! a todas nuestras madres.

Guillermo Meana
Secretario - BPCD

Editorial Nº 5

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11 de octubre de 2009

El sábado 10 de octubre se desarrolló a partir de las 14:00 hs., el Gran Remate de Oportunidades que organizó nuestra institución.

Una cantidad inusual de mercaderías consignadas y la numerosa asistencia del público, que no fue desalentada por la lluvia, ni el mal tiempo, fueron los factores que nos permitieron vivir una jornada amena y productiva, que culminó aproximadamente a las 20 hs.

Atrás quedará el ajetreo previo, las lógicas incertidumbres y algunas desprolijidades surgidas del gran entusiasmo y poca experiencia, que en la materia, tenemos, quienes trabajamos en la organización del mencionado evento.

Ahora llegará el turno del análisis detallado y una lógica autocrítica, ambos necesarios para capitalizar en experiencia, todo lo acontecido: El desarrollo y organización del evento, el monto recaudado, el perfil de los compradores, el mayor o menor interés que despertaron los artículos ofrecidos… en fin, todos los detalles “comerciales” que nos permitirán “corregir” deficiencias y “potenciar” aciertos, en vistas a la futura realización de nuevos emprendimientos de este tipo.

Pero más allá de todo lo que podamos analizar y mejorar, existe algo que difícilmente podamos superar. Y ese algo, es justamente, la espontánea y solidaria adhesión, que el pueblo dorreguenses, pone de manifiesto en cada uno de los proyectos que emprendemos como institución.

El apoyo popular excede siempre nuestras expectativas y eso nos alienta y gratifica de una manera absolutamente imposible de describir. ¿Quién pudo decir en algún momento que a los dorreguenses no nos importa nuestra biblioteca?... ¿Quien pudo pensar que quienes tenemos el honor, el orgullo y la alegría de integrar la comisión directiva de nuestra institución, nos cansaríamos y desalentaríamos al chocar con la indiferencia de nuestros conciudadanos?

Si alguien tiene el “don” de “cansarnos” no es justamente el pueblo. Primero porque nosotros somos parte indisoluble de este pueblo y segundo, y porque somos “pueblo”, las dificultades no nos cansan, antes bien, nos impulsan a redoblar el esfuerzo una y otra vez, con la obstinada abnegación de aquellos que saben que transitan la inequívoca senda del bien común.

¡Que visión triste, derrotista y palmariamente equivocada! Evidenciaron aquellos que expresaron, en su momento, los trillados: “escoba nueva barre bien”… y los no menos “mufa”: “ya veremos”….

Es cierto que todos los argentinos estamos atravesando tiempos difíciles, ¿pero acaso? ¿no los ha habido mucho peores?¿que pasa con nuestra memoria? …

Todo, absolutamente todo, se resuelve con el correcto encauzamiento del esfuerzo organizado, el trabajo en equipo, la unidad de criterio, la apertura participativa y la transparencia de gestión. Lo demás, el éxito en alcanzar y cubrir las necesidades económicas, es justamente una consecuencia de lo primero y no un fin en si mismo.

El sábado pudimos comprobar la fidelidad de nuestro pueblo, la desinteresada colaboración de nuestros amigos, los de siempre, como Santiago Mehemed y los nuevos, como ese chico, que contuvo su infinita ansiedad de niño de once años hasta el sábado para comprar su bicicleta.

El abuelo le había advertido que en el remate “otro” podía ganarle en su oferta, pero el le dijo que no importaba, “…espero al sábado y si alguien me gana en la oferta, el lunes compro otra”.

Cuando yo le pregunté sorprendido como había podido esperar, me respondió, todavía más sorprendido: que “así colaboraba con la Biblioteca y de la otra manera no”.

Estoy seguro que se fue feliz con su bici y absolutamente convencido que yo, dado el tenor de mi pregunta, era un tonto sin remedio.

Mucho se habla de los positivos resultados que depara para una institución, el sentimiento de “pertenencia” de los miembros que la integran. Esto es así, pero justamente por tratarse de un “sentimiento”, resulta muy difícil poder mensurarlo.

Sin embargo, todos sentimos que “formamos parte de algo” y que “somos” y no que simplemente “estamos”, cuando comenzamos a compartir los aspectos trascendentes de nuestra vida personal, con nuestros “compañeros” de la Institución que integramos.

El sábado diez de octubre fue el cumpleaños de nuestro querido Presidente, D. Gustavo Asensio, un hecho que no quiero dejar pasar inadvertido. Los que lo vieron literalmente “correr” por el salón numerando los últimos de los más de 300 lotes que integraban el remate, seguramente desconocen que esa situación se prolongaba desde la noche anterior y toda la lluviosa mañana. Gustavo eligió “festejar” su cumpleaños entre nosotros, acompañado por su esposa, trabajando como siempre, con la responsabilidad, prolijidad, meticulosidad y dedicación que lo caracteriza (y muchas veces nos atormenta).

Resulta difícil no acompañar este ejemplo, debemos ser insensibles a nuestro compromiso para no apoyar “pretorianamente” a quien nos conduce con la legítima autoridad que emana del ejemplo.

Y aquí haré uso del privilegio que me concede ser quien escribe semanalmente esta sección: Gracias Gustavo por hacerme sentir orgulloso de un amigo. Sabes que no soy fácil a la hora de prodigar elogios. Pero esta vez, a mi juicio, te los ganaste.

Muchas cosas pasaron en los días previos al remate, muchas anécdotas, actitudes personales y circunstancias, que nos describen como sociedad. Que evidencian nuestras virtudes y también nuestras carencias. Pero como institución, estamos convencidos de “recordar” las positivas y “entender”, aquellas que no lo fueron tanto.

A todos nuestros amigos: personas, instituciones y empresas le decimos: Gracias. Así nomás, sencillamente. Como corresponde entre vecinos y paisanos. Sabemos que están ahí para nosotros, como nosotros estamos ahí para ustedes. En nombre de la Comisión Directiva 2009, vaya pues, un fraternal abrazo para todos.

Guillermo A. Meana
Secretario / BPCD

Editorial Nº 4

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4 de octubre de 2009

Prácticamente desde sus orígenes, nuestra institución ha venido sorteando, con mejor o peor suerte, el difícil camino que se le presenta a toda organización sin fines de lucro, que desarrolla sus actividades en el marco de una sociedad, donde justamente, el éxito o el fracaso (institucional o personal), son medidos, casi exclusivamente, por los resultados económicos obtenidos.

Resulta difícil, por no decir imposible para la mayoría de las personas, separar estos conceptos profundamente arraigados en el subconsciente.

Una sociedad de consumo, potenciada hasta el paroxismo por la publicidad emitida, controlada y manipulada por los medios masivos de comunicación, han creado una “cultura del consumo” que tácitamente establece, que quienes tienen acceso a ciertos servicios y productos son “exitosos” y quienes no lo tienen … lisa y llanamente: no existen. Permitiendo, contra toda norma legal vigente en la materia, el ejercicio fáctico, de la más cruel de las prácticas discriminatorias.

Casi cualquier otro logro, colectivo o individual, resulta eclipsado cuando nuestras mentes comienzan a funcionar con esta lógica, cuya masiva imposición se remonta a los tiempos de la revolución industrial, desplazando a los demás valores sociales, con la fuerza de un Tsunami. Es entonces cuando dejan de existir o pierden relevancia, valores como la integridad, el compromiso, el conocimiento, la valentía, la solidaridad, la sinceridad y tantos otros que hemos ido olvidando, a fuerza de no verlos, ni practicarlos.

¿Cómo explicarle a un niño, que no todo pasa por el dinero? ¿Cómo educar a ese mismo niño, en valores sociales trascendentales, de los que carecemos de ejemplos desde hace siglos? … Las respuestas a estos interrogantes sin duda tardarán en llegar, pero mientras tanto, no podemos permanecer con los brazos cruzados… al menos, no debemos.

Mucho se habla hoy en día del incremento de la inseguridad y la violencia, ésta realidad ha sido objeto de todo tipo de análisis… llegándose también, a todo tipo de conclusiones. Sin embargo existe una conclusión obvia que casi nunca se menciona y ésta es, que el resultado de cualquier frustración, en el mundo humano y animal, degenera inexorablemente en alguna forma de violencia.

Lo podemos apreciar en la “rabieta” de un niño, cuando no puede o no sabe como resolver una determinada situación, en el golpe en la mesa o la elevación del tono de voz, que nos nace de la incapacidad de persuadir con mejores argumentos.

Lo podemos apreciar hasta en el golpe o sacudida que irracionalmente le prodigamos a cualquier artefacto electrónico, cuando éste se “niega” a funcionar y complacernos.

Siempre la frustración deriva en violencia. Violencia que puede canalizarse hacia afuera o hacia adentro, que puede se pequeña o grande, proporcionada o desproporcionada, doméstica o pública, pero violencia al fin.

Son innumerables los ejemplos que nos demuestran que la frustración siempre termina en violencia, en una escala y magnitud, directamente proporcionales la una de la otra.

Resulta fácil inferir entonces, que una sociedad cada vez más violenta, es, necesariamente, una sociedad cada vez más frustrada.

Y las frustraciones, origen de la violencia, no se extinguirán hasta que los ideales individuales, comunitarios y sociales no se reencaucen hacia metas alcanzables para la mayoría, hasta que los valores que establecen esos ideales o modelos dejen de pertenecer a una minoría y pasen a ser un patrimonio de todos.

Pero mientras el objetivo y el modelo a seguir, estén signados casi exclusivamente, por los valores materiales… vamos mal.

Porque obviamente, no todos podemos ser ricos, así como no todos podemos ser inteligentes, ni simpáticos, ni valientes, ni lindos, ni altos… pero seguramente todos y cada uno de nosotros, tenemos algo que el resto de la sociedad debe comenzar a valorar.

Una sociedad sana es aquella que no produce delincuentes, no aquella que tiene la mejor policía. Ellos, los policías, debieran ser el último escalón defensivo y no el primero que tiene la sociedad. No dejemos de ver, que cuando ellos intervienen, es porque todos nosotros, hemos fallado.

El reconocimiento de los valores del otro es la base del respeto y el respeto mutuo es la base de la paz social. Esa paz social que sólo puede construirse sobre la justicia homónima y que en definitiva, contribuirá a establecer comunidades más felices y seguras para todos.

Mientras tanto, todos y cada uno de los argentinos deberíamos propiciar una severa autocrítica, tendiente a modificar actitudes excluyentes y egoístas, incrementar nuestro compromiso y profundizar nuestra participación en aquellas áreas que nos competen y afectan a todos.

Recuperar la paz social y con ella nuestra seguridad es una tarea que debemos realizar entre todos. Es una batalla que debemos librar con las ideas y los libros como armas y con filósofos y maestros como estrategas. La sociedad contemporánea está dando un peligroso giro hacia la autodestrucción y eso es algo demasiado serio como para resignar el debate y delegar nuestra responsabilidad en las manos de unos pocos funcionarios.

Guillermo Meana / Secretario BPCD

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