Editorial Nº 3

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27 de septiembre de 2009

Este próximo 14 octubre, nuestra biblioteca presentará un espectáculo audiovisual dedicado a revalorar la cultura del esfuerzo. Nuestra idea es que este espectáculo sirva de apropiado marco para resaltar, justamente, la importancia de una de las principales carencias que hoy revela nuestra sociedad.

La falta de referentes válidos y la ausencia de metas concretas y “alcanzables”, que satisfagan sus legítimas aspiraciones, han alejado a gran parte de nuestra sociedad y en particular, a sus más jóvenes representantes, del camino del esfuerzo y la responsabilidad.

Este alejamiento y orfandad de valores, es el que muchas veces, determina el vacío existencial que empuja a nuestros jóvenes por el camino de la desesperación, las adicciones, el delito e incluso el suicido.

Una vez más, nuestra Biblioteca Popular, pretende recuperar para todos nosotros, estos valores olvidados. Un ejercicio de la memoria, sano y profundo. Una memoria constructiva, que apunta a rescatar los valores que contribuyeron a la construcción de nuestra patria.

En esta oportunidad, centramos nuestro homenaje en el período que sucedió a las guerras por la independencia y organización nacional. Esta es la parte de nuestra historia que toca más de cerca, a la inmensa mayoría de nuestra población, ya que como dijo Octavio Paz: los argentinos, descendemos de los barcos.

Muchos de nuestros antepasados, emigraron de sus patrias de origen, en búsqueda de nuevos y mejores horizontes y muchos llegaron a estas costas, llenos de grandes expectativas, muchas de las cuales, con el tiempo, resultaron infundadas. Sin embargo, aquí encontraron una tierra generosa y próspera, políticamente organizada, territorialmente integrada y sometida a la soberanía popular, materializada por la existencia de un estado republicano y federal.

Estos inmigrantes no participaron de la gloria de la epopeya independentista, ni abonaron con su sangre, el largo y cruento proceso que culminó con la organización nacional. Tampoco tomaron parte en las luchas contra el imperialismo anglo-francés o lusitano. Ese privilegio histórico, quedará por siempre, para nuestros queridos gauchos patricios. Sin embargo, estos hombres, si trajeron algo de indiscutible valor para las generaciones venideras y ese algo, fue justamente, su esperanza, su amor por la paz y una inagotable voluntad y capacidad de trabajo.

Como dicen las escrituras, todo tiene un tiempo bajo el sol y estos queridos gringos, llegaron en el tiempo justo y necesario para contribuir, con su esfuerzo, al crecimiento de una gran nación.

Por eso nuestro sentido recuerdo a todos aquellos inmigrantes, que no excluye el reconocimiento primero de aquellos que lo dejaron todo, en aras de la utopía de una nueva y gloriosa Nación. Esa gran Nación Latinoamericana, que aun no termina de conformarse.

El sueño de San Martín y Bolivar, de Güemes y Belgrano, de Moreno y Artigas, sigue pendiente de realización y eso no sucederá sin el compromiso último y definitivo de todos quienes hoy, con legítimo orgullo, llevamos el gentilicio de Argentinos.

Guillermo A. Meana
Secretario

Editorial Nº 2

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23 de septiembre de 2009

Hoy se conmemora en nuestro país el día de las Bibliotecas Populares, en recuerdo de la fecha en que fue promulgada la ley 419, que creó por primera vez, un 23 de septiembre de 1870, la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares.

Por aquellos años Domingo Faustino Sarmiento ejercía la Presidencia de la Nación y el Dr. Nicolás Avellaneda era su Ministro de Instrucción, ambos habían impulsado el proyecto, que rápidamente, el Congreso de la Nación, convertiría en Ley.

Apenas sesenta años tenía la Patria, cuando estos hombres vislumbraron la importancia del rol educativo y social que el futuro reservaba para las Bibliotecas Populares.

Se estaba construyendo una nueva Nación, cuya población, para entonces compuesta mayoritariamente por inmigrantes, necesitaba con urgencia un agente catalizador que amalgamara en un sólo Pueblo, las diferentes culturas que lo iban nutriendo.

Construir una cultura nacional, resultaba imperativo para que surgiera luego una autentica “identidad”… y que mejor forma podían haber encontrado, aquellos visionarios , que construir esa identidad, sobre la base universal e intrínsecamente democrática de la cultura popular.

Desde aquellos lejanos años, nuestras bibliotecas populares, atravesaron con obstinada vigencia y dignidad, los tumultuosos tiempos políticos de nuestra Nación, porque ellas nacieron y florecieron por la voluntad del pueblo argentino que a través de modestas suscripciones de dinero y desinteresado trabajo en común, las convirtieron en verdaderas instituciones democráticas, manejadas por el pueblo y para el pueblo.

Verdadero ejemplo de libertad de expresión y pensamiento, las bibliotecas populares, por su propia condición de organizaciones no gubernamentales, no se encuentran limitadas por ningún compromiso partidario ni sectorial, antes bien, constituyen el ámbito por excelencia para satisfacer las necesidades de información, educación y esparcimiento popular, donde el respeto por el pensamiento y los gustos del otro, conforman la base sobre la que se edifica, día a día, la convivencia de la masa societaria.

En este nuevo “Día de las Bibliotecas Populares”, renovamos nuestro compromiso de hacer cada día más Popular a nuestra querida Biblioteca, sumando capacidades y esfuerzos, enfrentando las dificultades con fuerza y el futuro incierto con renovado optimismo. Feliz día para todos nuestros socios, empleados y compañeros de comisión, que hacemos extensivo a todas las bibliotecas populares de nuestra querida Argentina, enlazadas por los indisolubles eslabones de la participación y solidaridad, puestas al servicio del bien común.

Guillermo A. Meana
Secretario

Editorial Nº 1

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13 de septiembre de 2009

Hoy, 13 de septiembre, se conmemora una vez más, en todo el territorio Nacional, el “Día del Bibliotecario”

Esta fecha fue elegida, en razón de coincidir con la publicación, en la "Gazeta de Buenos Aires" del 13 de septiembre de 1810, del artículo titulado “Educación”, escrito por Mariano Moreno, en el que informaba, a sus lectores, sobre la creación, por la Junta de Mayo, de la “Biblioteca Pública de Buenos Aires”, hoy Biblioteca Nacional y de los nombramientos, del Dr. Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez, quienes fueron los primeros bibliotecarios oficiales, de la nueva era, de la Independencia de la República.

Hasta aquí, la historia de una fecha, cuya trascendencia es digna de destacar, sobre todo en estos tiempos, donde muchos de los tradicionales valores, que caracterizaron desde siempre a nuestro pueblo, parecen ir desvaneciéndose, bajo el avance de un existencialismo individualista, que progresivamente, va drenando a nuestra sociedad, de los contenidos éticos y morales necesarios para sustentarla.

La vertiginosa “inmediatez” de los tiempos que corren, distraen nuestra atención, del campo donde cotidianamente, se libra la mayor y más trascendental de las batallas contra la ignorancia, es decir: las aulas y las bibliotecas. Cediendo, desaprensivamente estos terrenos, a la acción insidiosa y manipuladora, de aquellos intereses que se oponen, a la realización del ideal de grandeza y bienestar, que para nuestra nación, soñaron los padres de la patria.

Así, junto al maestro, nuestros bibliotecarios constituyen la vanguardia de un silencioso ejército, empeñado en una lucha desigual, por mejorar la educación y las oportunidades, de millones de argentinos y en esta contienda, muchas veces, no cuentan con el debido respaldo, que una sociedad, comprometida con el futuro de sus hijos, debería proporcionarles.

En el fortalecimiento de nuestras instituciones, a través de la participación pluralista, democrática y comprometida de todos sus integrantes, se encuentra la llave para cambiar las situaciones que postergan nuestros anhelos. No podemos delegar y mucho menos ignorar nuestras responsabilidades. No, si realmente queremos construir, una sociedad más justa y un futuro digno de ser vivido, por las generaciones venideras de argentinos.

Se avecinan tiempos de grandes desafíos y nuestra institución ha decidido recuperar activamente la función social, que históricamente le reconocieran, a las Bibliotecas, hombres de la talla del Dr. Mariano Moreno, el Coronel Manuel Dorrego y los Generales Manuel Belgrano y José de San Martín, quienes vieron en ellas, un instrumento fundamental, para la construcción de la cultura cívica y el espíritu republicano de nuestro pueblo.

Queremos que nuestra sede se convierta en un espacio de participación, donde nuestros socios y amigos, encuentren la síntesis que amalgama lo social y cultural, la información y el conocimiento, consolidando vínculos, con todas aquellas instituciones, que tienen como objetivo, el bien común.

No es casualidad, que haya elegido este día, para inaugurar este espacio editorial, donde a partir de hoy, podremos expresar nuestra opinión institucional. Lo he hecho con la intención de homenajear, a quienes cotidianamente y desde hace muchos años, vienen poniéndole el hombro y el corazón a nuestra querida Biblioteca Popular, me refiero a las Señoras Mary Fuertes y Cristina Marileo, nuestras Bibliotecarias. En este, su día, vaya para ambas, todo el reconocimiento y el cariño de esta Comisión Directiva 2009.

Guillermo A. Meana
Secretario

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