Nota de Opinión Nº 15

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27 de febrero de 2010

Cosas del verano…

Febrero es un mes tradicionalmente tranquilo en nuestra ciudad.

La temporada estival a pleno, desvía necesariamente nuestra atención, hacia las atrayentes playas de la costa atlántica, mientras aquí, las siestas calurosas, dejan las calles casi desiertas.

Pero lo aparente no siempre es el fiel reflejo de la realidad. Muchas actividades continuaron realizándose en nuestra biblioteca a pesar del receso veraniego, las vacaciones de nuestro personal y la disminución de la afluencia de público a nuestra sede social.

Durante los meses de enero y febrero continuaron dictándose cursos intensivos de computación, en el horario de 1930 a 2130 y una guardia de “socios voluntarios”, mantuvo la prestación de nuestros servicios regulares, durante un horario especialmente acotado a la menor demanda existente en este período.

Esta situación, nos hizo, entre otras cosas, ser merecedores de un subsidio especial que la CONABIP ha instituido para todas aquellas bibliotecas que permanezcan prestando sus servicios durante los meses de verano, al tiempo que nos permitió avanzar en muchas tareas administrativas, sociales y de orden interno, aprovechando el menor movimiento de público en la institución.

Se aprovechó también el tiempo para acondicionar equipos y trabajar en los proyectos a desarrollar durante el corriente año, avanzándose en las tareas de digitalización de películas en formato VHS a DVD. Reordenándose y actualizándose los padrones de socios, confeccionándose también, una actualización del inventario de bienes de uso de la institución, a los efectos de incorporar al mismo, las once computadoras que en carácter de donación, se sumaron durante el año 2009.

También durante el mes de febrero, tuvimos el agrado de recibir en nuestra sede, un ejemplar del libro publicado por editorial Dunken, titulado “El Libro de los Talleres VI” que contiene el material aportado por quince talleres literarios, entre los que destacamos el aporte del Taller Literario organizado por la Biblioteca Popular “J.A. Guisasola”, coordinado por el Sr. Gustavo Salas, presidente de esa institución hermana.

En fin, muchas cosas pasaron y se fueron haciendo en este caluroso y húmedo febrero, (me abstendré de utilizar la expresión “mucha agua bajo el puente” por obvias razones) muchas cosas positivas, que servirán para ir allanándole el camino a las futuras comisiones, que a propósito, aprovecho a recordarles, deberán estar preparados para tomar la posta institucional, a partir de los primeros días de mayo del corriente año (la fecha de la asamblea anual ordinaria aún no se ha fijado, pero la misma tendrá lugar entre los últimos días de abril y los primeros días de mayo.)

Aprovecho este espacio para convocar a nuestros socios a participar de nuestra asamblea anual, que este año se caracterizará por adoptar fielmente el mecanismo previsto por nuestros estatutos, para la elección de la próxima comisión directiva.

Por esta razón, quienes asistan a la asamblea, podrán elegir libremente entre cualquiera de las listas, mediante la modalidad del voto secreto.

Las listas que se vayan conformando, las iremos publicando en nuestra cartelera y página web, a medida que se vayan oficializando.

Una vez más, les pedimos a todos nuestros socios que se acerquen a participar, integrando sus respectivas listas o votando por aquella que prefieran.

Los estatutos vigentes están disponibles para ser consultados en esta misma página web, pero también están disponibles para ser consultados en nuestra sede social.

El tiempo previsto reglamentariamente para presentar cada lista es de hasta tres días antes de la fecha de la asamblea general ordinaria, la que se realizará como es costumbre en nuestra sede social, el día y la hora que se comunicará oportunamente por todos los medios.

Durante la asamblea, que presidirá el actual titular de la institución, se dará lectura a las actas y se tratará el orden del día publicado en la convocatoria. Se presentarán la memoria y balance del ejercicio transcurrido y cada socio presente podrá hacer uso de su derecho a voz, dirigiéndose al resto de los presentes.

Concluidas las exposiciones, los socios presentes procederán a ejercer su derecho a voto, sufragando por cualquiera de las listas oficializadas y así, conforme a lo previsto en nuestros estatutos, resultará ganadora la lista que obtenga la mayoría simple de los votos emitidos.

Las únicas condiciones para poder participar de la asamblea son: ser socios activos o vitalicios de la biblioteca, ser mayores de 18 años, tener las cuotas al día y una antigüedad como socio, no menor de tres meses a la fecha de la reunión.

Los candidatos aspirantes a ocupar cargos en la comisión directiva, deberán poseer, además de las consideraciones expuestas en el párrafo anterior, una antigüedad mínima como socios, de seis meses a la fecha de la reunión.

Realmente esperamos que todos nuestros socios nos acompañen en esta oportunidad y que tengan todos la seguridad, que quienes estamos en este momento empeñados en organizar la institución con vistas a un futuro más dinámico y promisorio, lo seguiremos haciendo desde el lugar que decidan nuestros socios.

La convocatoria es a pasarla bien, a debatir y participar con alegría, de esta posibilidad tan linda que nos da el vivir en una sociedad libre donde no importa demasiado quien haga las cosas, sino que esas cosas se hagan con el corazón y siempre en aras del bien común.

Los esperamos a todos, con el corazón y las puertas abiertas, de su respuesta depende que la Biblioteca Popular “Coronel Dorrego” no sólo haya ascendido de categoría durante el año 2009, por sus servicios, equipamiento, volúmenes y personal, sino que sea reconocida por su calidad institucional y la genuina representatividad de sus directivos.

Un saludo cordial para todos.

Guillermo A. Meana
Secretario / BPCD

Nota de Opinión Nº 14

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20 de febrero de 2010

Una jornada para recordar y agradecer…


Esta vez la sorpresa no fue tal. La tormenta del jueves a la madrugada produjo los resultados imaginables.

La única diferencia existente, entre ésta y las últimas dos inundaciones ocurridas, fue que esta vez, el agua alcanzó nuestras estanterías más bajas, mojando una cantidad significativa de libros.

La escasa disponibilidad de espacio físico con que contamos, no nos permite prescindir de los estantes inferiores de nuestros muebles, ubicados a partir de los 20 cm de altura sobre el piso, situación que se mantiene tanto en la sala de lectura, como en el depósito.

Referir entonces, que la altura de las aguas superó ese nivel, resulta una obviedad, que sin embargo, no puedo dejar de mencionar, así como el hecho, que cada inundación ocurrida, ha superado en magnitud, a la anterior.

Pero así como en las otras oportunidades, comenté nuestras desventuras sin retacear algunas críticas, hoy quiero comentar el lamentable suceso, sin perder de vista las excepcionales características del fenómeno pluvial acaecido y los esfuerzos que se están realizando, desde las áreas competentes, por solucionar en forma definitiva esta situación.

Y como al agua ya estamos acostumbrados, no voy a extenderme más en los detalles, dejándolos librados a la imaginación de nuestros amigos lectores. En su lugar, compartiré con ustedes una experiencia que me llenó de genuina satisfacción. Esa experiencia fue la de poder trabajar codo a codo, con nuestros queridos Bomberos Voluntarios, que acudieron prestos a colaborar con las tareas de drenaje y secado de nuestro recinto social.

Eficientes, organizados, respetuosos y profesionales, estos muchachos entrenados para apagar incendios, llevan sin embargo en sus corazones, muy bien encendida, la llama de la solidaridad que alumbra su inequívoca vocación de servicio.

Alegres, voluntariosos y disciplinados, estos jóvenes constituyen un verdadero ejemplo para tantos otros ciudadanos, que todavía no han tenido la dicha de experimentar la satisfacción que se siente, al transitar por los caminos del amor al prójimo y el bien común.

En un determinado momento, bomberos, empleados municipales, socios, amigos y directivos de esta biblioteca, unimos nuestros esfuerzos para salvaguardar de las aguas, el patrimonio bibliográfico de la institución, haciéndolo todos con el mismo celo y voluntad, con un mismo espíritu de cooperación y alegre camaradería, que hizo mucho más llevaderas, las tareas necesarias para revertir las desagradables circunstancias.

Gracias muchachos del municipio, gracias muchachos del cuartel, gracias chicas y muchachos de la biblioteca. Gracias a todos los socios que se acercaron para contribuir al secado de los libros. Esta vez sólo gracias… estoy muy cansado como para esgrimir siquiera una ironía… prefiero agradecer lo lindo, lo bueno y lo generoso de cada uno de ustedes, al fin de cuentas, eso es lo que vale, lo que siempre guardaremos de situaciones como esta, una anécdota más para recordar y un puñado de nuevos amigos, con quienes seguir compartiendo, el interesante camino de la vida.

Guillermo A Meana
Secretario / BPCD

Nota de Opinión Nº 13

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14 de febrero de 2010

NUEVOS AIRES PARA UNA GESTIÓN POPULAR


Hoy fue un día como cualquiera, donde un grupo de diecinueve amigos, nos reunimos con el propósito de compartir una comida y algo más.

Nuestra biblioteca fue el tema central de la reunión, así como la necesaria democratización de la institución, a partir de la participación plena de sus socios y de la incorporación de jóvenes valores dorreguenses, a las esferas de nuestra conducción.

Se acerca la fecha de la Asamblea Anual y hemos estado trabajando, en un proyecto de continuidad, conformando una nueva lista para integrar la próxima Comisión Directiva.

Para cubrir muchos de los cargos, hemos recurrido a nuevos y jóvenes valores surgidos del seno de nuestra comunidad.

Estos cambios se han producido para afianzar y fortalecer una conducción, que ha demostrado tener lo que hace falta tener, para sacar a nuestra Biblioteca del pantano en que se hallaba.

Luego de 81 años de impecable “dedocracia”, finalmente la nueva Comisión Directiva, surgirá del irrefutable veredicto de las urnas.

Queremos y necesitamos del apoyo de nuestros socios para poder llevar adelante todos los proyectos sociales y culturales que hemos diseñado para el corriente año.

Nada ni nadie, podrá evitar que se cumpla el taxativo mandato estatutario.

Las reservas legales ya se han efectuado para impedir cualquier maniobra que pueda contravenir la soberana voluntad de los socios.

Cualquier acción contra derecho, será impugnada conforme a la ley que reglamenta el funcionamiento de nuestras instituciones. Todo esta previsto. Nadie podrá evitar que nuestros socios se expresen libremente, concurriendo masivamente a votar, el día de la Asamblea.

Se acabaron para siempre las comisiones funcionales a los interses de un sector en particular.

Quien aspire a la conducción de la institución, tendrá que formar una lista y competir con las demás, en elecciones libres, donde la modalidad secreta del voto, evitará las presiones que supone el “voto cantado” en una asamblea.

La futura Comisión Directiva de nuestra biblioteca, contará entonces con la fuerza institucional que aporta la legítima representación del voto de más de seiscientos ciudadanos y no será ya, un oportuno refugio para timoratos y obsecuentes, en espera del reconocimiento de personas o intereses ajenos a la institución.

¡Se viene el pueblo!

¡Se viene la democracia directa y participativa!

¡Se viene la legítima voluntad de los socios!

Tendremos nuestra casa… o mejor dicho, recuperaremos nuestra casa… haciendo realizad el sueño del Dr. Santagada.

Amigas y amigos, alumnos y socios, los convoco a participar de la próxima Asamblea General!...

Les pido sólo un momento… un instante de participación y compromiso… les pido un voto de confianza para reventar las urnas y decirle a todos aquellos, que poco y nada han hecho por la cultura de nuestro querido pueblo, que se terminó la joda… que queremos gente que trabaje en serio, que sabemos que un futuro mejor es posible, tanto para nuestra comunidad, como para nuestras instituciones.

Que sea nuestra biblioteca, el faro señero de nuestro progreso social… que sea nuestra biblioteca, un verdadero bastión del pensamiento libre y pluralista, que en aras de la razón, ilumine el camino de nuestra sociedad, en la oscura noche de esta mediocridad social y cultural que hoy en día nos agobia.

Recordemos: Para que triunfe el mal, sólo hace falta que la gente buena no haga nada.

Hagamos algo por nuestra biblioteca: acerquémonos a votar y démosle a nuestra institución la fuerza moral y legal que necesita para proyectarse definitivamente al destino qué soñaron sus fundadores.

Ing. Guillermo Meana
Secretario / BPCD


Nota de Opinión Nº 12

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3 de febrero de 2010

Regreso desde las profundidades…


La fuerte lluvia de esta mañana, la misma que convirtió las calles de nuestra ciudad en torrentosos cursos de agua, fue la causante del extraño fenómeno hidráulico que paso a relatarles:

Grandes cantidades de agua de lluvia, por algún capricho de la naturaleza aún no contemplado por la ley de Newton, sorpresivamente cambiaron de curso, ingresando por las cloacas, hasta inundar el mismísimo subsuelo del Centro Cívico donde funciona nuestra Biblioteca.

Un Tsunami de “maraños”, comenzó a brotar incontenible, de rejillas e inodoros anegando toda el área en pocos segundos.

Una cadena de llamados me puso sobre aviso y pude llegar hasta el Centro Cívico, apurándome como si fuera el José de la popular canción de Teresa Parodi. Y como en la tonada, el agua si que se vino.

Baldes y trapos se convirtieron en nuestros mejores aliados y a nuestro modesto grupo de cuatro socios, pronto se sumó también la colaboración de nuestro Presidente, quien concurrió con algunos elementos de refuerzo.

El agua y compañía no cedían terreno fácilmente y amenazaban con alcanzar los estantes más bajos con libros. ¡No hagan olas!... era la consigna del momento.

Cruzando los dedos, implorábamos que no se produjera un nuevo alud, si esto llegaba a ocurrir antes de desagotar las instalaciones, no hubiéramos podido evitar, que se produjeran consecuencias catastróficas.

El depósito, la Sala de Niños, la Sala de Lectura y la recepción, estaban cubiertas por cinco centímetros de aguas servidas.

Los diyuntores eléctricos habían saltado, había muy poca luz, pero sabíamos al menos que los equipos (computadoras y fotocopiadoras) estarían a resguardo.

A medida que el nivel general del agua iba bajando, notamos que por debajo de la puerta de la oficina que ocupa la Secretaria de Trabajo, continuaba fluyendo el líquido elemento.

Milagrosamente, el foso del nuevo ascensor, cambió de vocación y actuando como proverbial cisterna, logró retener en su interior una importante cantidad de agua.

El otrora considerado “peligroso agujero”, nos salvó de mayores contingencias y si ahora, alguien se cae en él, con medio metro de agua adentro, seguramente no sufrirá tanto la caída.

En fin, una prueba más para afirmar aquello de: “no hay mal que por bien no venga”.

Amigos, socios y compañeros, francamente no me importa dilucidar a quien le compete encontrar y ejecutar una solución a los recurrentes e históricos problemas de inundación del edificio. Problemas que ponen en permanente peligro, el patrimonio bibliográfico institucional. Menos aún me importa si alguien se siente ofendido por contarles esta REALIDAD.

Por eso he decidido compartir esta crónica con Uds., que aclaro desde el vamos, escribo en calidad de socio de la Biblioteca y vecino de esta ciudad y no compromete a nadie más que a mi mismo.

Todos sabemos que se están realizando importantes tareas de mantenimiento y recuperación edilicia en el Centro Cívico, financiados por el Gobierno Provincial.

También sabemos todos, que el subsuelo forma parte del edificio.

Pongámonos las pilas y si hay que laburar se labura y si no se sabe cómo solucionar algo, se pregunta.

Pero debemos encontrar una solución y terminar de una buena vez con este problema para no tener que lamentar en el futuro, alguna situación que concluya en un daño irreversible al patrimonio bibliográfico de nuestra comunidad.



Guillermo Meana
Secretario / BPCD

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