Editorial Nº 7

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25 de octubre de 2009

Con la buena estrella que nos ha ido acompañando durante todo este año, se desarrolló ayer, en instalaciones del Club Sarmiento, el “Gran Entretenimiento Familiar” que por múltiples razones, ajenas a nuestra voluntad, habíamos venido postergando.

La asistencia de público, esta vez, colmó con creces nuestras expectativas, convirtiendo la jornada de ayer, en una provechosa y alegre experiencia, donde pudimos probar “en la cancha”, las virtudes que la organización, la solidaridad y el trabajo en equipo, aportan al desempeño y performance, de una organización social como nuestra Biblioteca.

Esta vez motivados y conducidos, por la experiencia que en el tema, ya acumula nuestro joven compañero Cristian Nielsen, nuestro equipo de trabajo, compuesto por socios, voluntarios y la totalidad de los miembros de nuestra comisión directiva, pudimos llevar adelante un entretenimiento familiar que se inició a partir de las 18:00 hs. y culminó aproximadamente a la medianoche.

Más de 200 personas, nos acompañaron, en calidad de público, durante este evento, donde participamos otras 30 personas, en calidad de trabajadores y organizadores, que oficiamos de mozos, vendedores, locutores, cocineros, cajeros, cantineros y técnicos. Siendo la buena onda y el espíritu de colaboración, la constante que caracterizó toda la jornada.

Durante la semana, publicaremos el resultado definitivo, que desde el punto de vista recaudatorio, arrojó para nuestra institución, este encuentro solidario y familiar.

También publicaremos los agradecimientos especiales a todas aquellas instituciones que nos facilitaron algunos elementos fundamentales para poder llevarlo a cabo.

Pero ahora es el momento de agradecer al principal protagonista de cada uno de nuestros logros y único destinatario de nuestros esfuerzos, los vecinos de nuestra comunidad, sin cuya participación, nada podría realizarse.

Gracias a todos, gracias por acompañar con entusiasmo y contemplativa tolerancia, cada una de nuestras convocatorias, gracias por las exquisitas tortas donadas, frutos del amor y del trabajo personal de muchas de nuestras amigas, gracias por trabajar y colaborar, como los mozos y vendedores, que rindieron no solamente lo recaudado, sino que donaron también sus propinas. ¡Qué ejemplo!… ¡Qué esperanza!... nos dan estos jóvenes, que con sus acciones cotidianas, nos demuestran que una sociedad mejor y genuinamente solidaria, no sólo es posible, sino también inevitable.

¿Qué tendrá este pueblo que arraiga y enamora? Me preguntaba hasta hace algunos años… y muy pronto hallé la respuesta: “Lo mejor de Dorrego es su gente”.

Porque acá no se han perdido los valores de nuestros pioneros, porque la lucha personal y cotidiana, siempre nos deja un espacio para la participación y la preocupación por el bien común, porque seguimos siendo “vecinos” antes que “habitantes”, si: VECINOS, en todo el profundo y verdadero sentido, que encierra esta palabra.

Guillermo Meana
Secretario / BPCD

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